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jueves, 30 de mayo de 2019

* Alejandro Valverde, la leyenda inagotable


Alejandro Valverde Belmonte nace el 25 de abril de 1980 en Las Lumbreras (Murcia), siendo el menor de tres hermanos y heredando de su padre la afición por la bicicleta.
Se inicia en la escuela de ciclismo de Murcia y en su primera carrera termina en segunda posición para una semana más tarde conseguir la primera victoria en Yecla. Desde los once a los trece años acumula más de cincuenta victorias, lo que le vale el apodo de "El Imbatido".
Tras pasar en su etapa cadete y juvenil por el equipo Joaquín Ramos, se incorpora a las filas del Banesto en el campo amateur, integrándose posteriormente en el Kelme para lograr la Copa de España de Ciclismo en 2001 y la medalla de bronce en la prueba en ruta de los Juegos del Mediterráneo.
Su debut como profesional se produce en 2002 con el equipo Kelme-Costa Blanca, dándose a conocer al gran público un año más tarde al terminar tercero en la general de la Vuelta Ciclista a España, habiendo ganado dos etapas junto al maillot de la combinada y obteniendo la medalla de plata del Mundial de fondo en carretera de Canadá tras Igor Astarloa.
En 2005 ficha por el Illes Balears-Caisse d´Epargne, siendo segundo en la París-Niza y disputando su primer Tour en el que gana una etapa imponiéndose en el sprint a Lance Armstrong en la cima de Courchevel. En el mes de septiembre vuelve a hacerse con la medalla de plata en el campeonato del mundo celebrado en Madrid tras el belga Tom Boonen
En 2006 se convierte en el primer español en ganar la Lieja-Bastogne-Lieja y la Flecha Valona, consiguiendo el doblete de las Árdenas.
En el Tour de Francia se ve obligado a abandonar tras una caída que le produce la fractura de su clavícula derecha pero se recupera de cara a la Vuelta a España en la que termina segundo tras ser líder durante ocho jornadas. Días más tarde, se cuelga la medalla de bronce en el Mundial de ruta en Stuttgart y se hace con el triunfo final en el UCI ProTour.
En 2008 repite victoria en la Lieja-Bastogne-Lieja, gana la general de la Dauphiné Liberé, venciendo en dos etapas y se proclama campeón de España de fondo en carretera. Viste por dos días el maillot amarillo del Tour tras su victoria en la etapa de Plumelec y por segunda vez acaba primero en el ranking UCI ProTour.
El 11 de mayo de 2009 el Tribunal Nacional Antidopaje del CONI (Comité Olímpico Nacional Italiano) le declara culpable de ser cliente de la red de dopaje del doctor Eufemiano Fuentes desarticulada en la llamada Operación Puerto y le sanciona con dos años de suspensión para correr en territorio italiano que podría ser ampliada a todo el mundo por la UCI (Unión Ciclista Internacional).
Valverde niega las acusaciones y recurre ante el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) que proporcionará una sentencia definitiva.
Mientras tanto, gana la Volta a Cataluña, la Dauphiné Liberé y obtiene la victoria en la Vuelta Ciclista a España tras llevar el maillot de líder durante trece jornadas.
En la temporada siguiente, se impone en el Tour del Mediterráneo, en el Tour de Romandía y es segundo en la París-Niza. Tras estos triunfos, es sancionado finalmente por dos años, desde enero de 2010 hasta enero de 2012, anulándole los éxitos conseguidos en este periodo.
Valverde no pierde su coraje, continúa con su intensa preparación, disfrutando cada entrenamiento a pesar de no poder competir.
En su retorno en el Tour Down Under en Australia, se impone en la etapa reina y queda segundo en la clasificación general con el mismo tiempo que el vencedor.
En la Vuelta a Andalucía gana la clasificación general, además de una etapa, la clasificación por puntos, la combinada y mejor español. Es tercero en la París-Niza venciendo en una etapa y en otra del Tour con final en Peyragudes.
En la Vuelta es segundo en la general tras Contador, ganando dos etapas, la clasificación por puntos y la combinada, poniendo el broche final a la temporada con la medalla de bronce en el Mundial en ruta de Valkenburg, repitiendo al año siguiente el mismo lugar en el podio en el Mundial de Florencia.
En 2014 vuelve a dominar en la Vuelta a Andalucía por tercera vez, ganando la general con tres etapas, además del Gran Premio Miguel Induráin, la Flecha Valona, la Clásica de San Sebastián y el campeonato de España contrarreloj. En la prueba en ruta llega a la meta junto a su compañero Ion Izaguirre al que cede el primer puesto al no disputarle el sprint.
En la Vuelta es tercero tras Contador y Froome ganando una etapa. Por tercera vez consecutiva vuelve a obtener el bronce en el Mundial de ruta en Ponferrada y también por tercera vez finaliza primero en el UCI ProTour.
En la siguiente temporada es segundo en la Volta, ganando tres etapas. Repite triunfo en la Flecha Valona, en la Lieja-Bastogne-Lieja y en el campeonato de España en ruta.
En el Tour consigue uno de los grandes anhelos de su vida, a pesar de haberse sacrificado trabajando para Nairo Quintana, se sube al podio en París tras Froome y el colombiano. Gana la vuelta a Andalucía y a Castilla y León, haciendo historia al ser el primer corredor en ganar la Flecha Valona por cuarta vez.
En su primera participación en el Giro acaba tercero tras ganar una etapa, completando así al menos un triunfo en cada una de las tres grandes vueltas.
En 2017 alcanza la victoria 100 de su carrera en la Vuelta a Andalucía, que gana por quinta vez en seis años, vence en la Vuelta al País Vasco, conquista tres etapas y la Volta a Cataluña, superando en todas ellas a Contador en la clasificación general y adueñándose de su quinta Flecha Valona y su cuarta Lieja-Bastogne-Lieja
El 1 de julio de ese año, va a producirse uno de los acontecimientos más dramáticos de su trayectoria deportiva.
En la contrarreloj prólogo del Tour que se disputa en Dusseldorf las condiciones meteorológicas no son buenas, intensa lluvia y piso resbaladizo. En una de las primeras curva cae al suelo. No se puede levantar. Inmediatamente hace señales con los brazos. El miedo se apodera de él. Cuando llega el manager del equipo Movistar, Eusebio Unzué, rompe a llorar, le dice que se ha destrozado la pierna, que esto se ha acabado, que ha terminado su carrera. Es trasladado rápidamente a un hospital.
Tras las primeras exploraciones le observan rotura total de la rótula con fragmentos muy desplazados y del astrágalo izquierdo. La intervención quirúrgica debe hacerse de inmediato.
La operación es un éxito, treinta y seis horas después empieza a flexionar la rodilla mediante procedimiento asistido. Una semana después regresa a Murcia para emprender la rehabilitación.
A pesar de los diagnósticos, que no son optimistas en cuanto a su futuro como corredor profesional, no se rinde.
Comienza su tratamiento de fisioterapia. Durante cuatro meses, ocho horas diarias, mañana y tarde sin descanso. Momentos duros, de trabajo solitario sin trascendencia mediática.
Pide más y más carga para recuperarse cuanto antes y poder subirse a la bicicleta.
Acorta los plazos en casi tres meses y medio. Primero en la piscina, luego rodillo, después carretera y poco a poco aumentando kilómetros.
Pleno de tesón vuelve a la competición en enero de 2018 en el Challenge Ciclista de Mallorca. Días más tarde obtiene su primera victoria en la segunda etapa de la Vuelta a la Comunidad Valenciana y se adjudica la general. Gana el Tour de Abu Dhabi, la Volta a Cataluña por delante de Quintana con dos etapas y la general de la montaña.
En cuanto conoce el recorrido del Mundial en ruta de Innsbruck por su cabeza no pasa otra cosa.
Se planifica pensando en ello. Tiene cuatro bronces y dos platas, le falta el oro. Es ahora o nunca.
En la Vuelta se impone en dos etapas y la clasificación por puntos por cuarta vez, igualando el record absoluto que comparten Sean Kelly y Laurent Jalabert.
El 30 de septiembre llega el momento clave para el que tanto se había preparado, el campeonato del mundo con 285.5 km de recorrido.
El equipo español endurece la prueba. Algunos favoritos se van descolgando. Alejandro siempre aparece en el grupo principal.
En el descenso tras la última subida quedan cuatro corredores: Woods, Bardet, Dumoulin y Valverde. Entre ellos se van a jugar las medallas.
Llegan a la recta de meta con Valverde en cabeza y sus rivales a rueda.
Mira constantemente hacia atrás para no verse sorprendido por algún demarraje.
De pronto, arranca, lanzando el sprint desde lejos.
Wooks se pega, Bardet intenta superarle por su izquierda, pero aguanta pleno de determinación. Los últimos metros se hacen interminables. Alejandro resiste en un esfuerzo supremo, en una agonía antológica hasta cruzar la línea de meta y levantar los brazos en una explosión de felicidad.
Por su cabeza pasan en ese instante todos los momentos de su vida deportiva, todo el sacrificio, todo el sufrimiento. A sus 38 años, tras tantos intentos fallidos, tras quedarse tantas veces a las puertas del éxito final, tras 6 h 46 min 41 s, se proclama campeón del mundo de fondo en carretera.
Todas las gentes del ciclismo se alegran de su victoria. Nunca había ocurrido con otro corredor una reacción tan unánime. Todos se emocionan. Los más próximos, los que le han acompañado más de cerca, estallan en un mar de lágrimas. Era la carrera que le faltaba. La gran victoria que no tenía, el maillot arcoíris.
Alejandro Valverde vuelve a finalizar 2018 como número uno en la clasificación UCI ProTour por quinta vez, sólo igualado por Sean Kelly.
Posee un palmarés inconmensurable, sólo comparable a los más grandes de la historia, pero en seguida pone sus ojos en nuevos retos, como el Tour de Flandes o los JJ.OO de Tokio 2020. Para entonces habrá superado los cuarenta años de edad. Mientras tanto, seguirá aumentando su leyenda inagotable.