Conocí a María al tenerla como alumna de primer curso de la Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad Europea de Madrid, compaginando sus estudios con su auténtica vocación, el automovilismo.
Hija del célebre piloto español Emilio de Villota, nace en Madrid el 13 de enero de 1980, llevando en la sangre desde muy niña su pasión por el mundo del motor.
Junto a sus hermanos, Isabel y Emilio, crece en un ambiente especial en el que se respira este deporte a través de los ojos de su padre, cuyo nombre queda popularmente unido al automovilismo de nuestro país, ajeno a la Fórmula 1 hasta ese momento.
María practica distintos deportes, entre ellos el tenis, pero lo único que ansía son los coches a pesar de que su padre intenta calmar ese impulso.
El paso decisivo se produce a los dieciséis años cuando junto a su hermano se inscribe para una prueba de jóvenes pilotos. Ambos van pasando diferentes cortes hasta que en el último cae Emilio y entra ella, saliendo escogida para competir en el Campeonato de España de Fórmula 1300.
A partir de ahí va quemando etapas, primero el karting; en el año 2000 debuta en la categoría de monoplazas en la Fórmula Castrol; dos años más tarde participa en el Campeonato de España de Fórmula 3; en 2005 se centra en los Turismos, compitiendo en la Ferrari Challenge, en el Trofeo Maserati y en las 24 horas de Daytona; volviendo a los monoplazas en 2008 para representar los colores del Atlético de Madrid hasta 2011 en la Superleague Fórmula.
Todas estas experiencias hacen que vaya creciendo como piloto, sacrificándose y trabajando muy duro para poder cumplir su gran aspiración, llegar a la Fórmula 1.
El equipo Renault quiere probar sus condiciones y la llama para hacer un test de 300 kilómetros en el circuito Paul Ricard.
El día 3 de agosto de 2011 llega el momento en el que va a realizar su gran reto, el sueño de toda su vida después de muchos años de esfuerzos, convertirse en la primera mujer española en subirse a un Fórmula 1.
María sale a la pista a disfrutar, está plena de felicidad, es una sensación que no se parece a ninguna otra que haya tenido antes. Siente que el coche está hecho para ella.
La prueba resulta positiva y en marzo de 2012 la escudería Marussia anuncia que la contrata como piloto probador.
Ya es un hecho. Se ha convertido en piloto de Fórmula 1.
Cuatro meses después, se sube por vez primera en el coche del equipo, es el día 3 de julio. En el aeródromo de Duxford va a realizar unas pruebas aerodinámicas de cara al Gran Premio de Silverstone. Es el comienzo de su futuro.
Se trata de un entrenamiento en línea recta sin ninguna posibilidad de peligro. Tras dar una vuelta, el vehículo se acelera inexplicablemente, pierde el control y choca, quedando empotrado contra la plataforma trasera de un camión en un impacto frontal a la altura del casco.
María está inmóvil. En un primer momento no se sabe si está viva o muerta. Tras unos minutos de dramática incertidumbre se mueve pero no se sabe si podrá sobrevivir.
Tardan en sacarla del coche cumpliendo el protocolo que se sigue en estos casos, que es estabilizar al piloto dentro del monoplaza.
Posteriormente es trasladada a un hospital de Cambridge. La ambulancia debe parar tres veces para atenderla.
El jefe de neurocirugía del hospital es el encargado de dirigir la operación. Tiene un traumatismo craneal muy grave. Tanto el ojo derecho como la parte central del cerebro tienen lesiones muy severas. Al ser joven y llegar consciente tienen la esperanza de que sobreviva pero llega en estado crítico.
Su primera intervención dura diecisiete horas, cuatro la craneoencefálica para salvarle la vida y trece la de reconstrucción facial para reparar su aspecto físico,
Dos días después vuelve a ser intervenida quirúrjicamente.
Queda lo más duro. Comunicarle las consecuencias de aquel golpe. Ha perdido su ojo derecho.
Ya sabe que nunca podrá volver a pilotar al quedar disminuida su capacidad para percibir distancias, lo que le va a hacer imposible que vuelva a participar en la alta competición.
A finales de julio abandona el hospital de Cambridge y es trasladada al hospital La Paz de Madrid donde debe volver a pasar por el quirófano.
Ha salvado su vida y quiere poder desarrollarla en las mejores condiciones posibles.
El automovilismo lo era todo para ella y esos momentos de peligro le dan fuerza para seguir adelante.
Empieza a colaborar con la D.G.T. dando charlas a jóvenes sobre la seguridad vial poniendo su caso como ejemplo y crea una fundación para la ayuda de niños con enfermedades poco comunes.
Siempre se muestra contenta. Manifiesta que sus objetivos eran otros antes del accidente pero ahora su existencia tiene todo el sentido del mundo por su optimismo, sus ganas de vivir y de seguir ayudando a los demás.
En marzo de 2013 es nombrada encargada de la Categoría de Monoplazas de la Comisión de Pilotos de la FIA, junto a Karun Chandhok y Nigel Mansell.
Se pone al frente de la Escuela de Pilotos Emilio de Villota y es elegida representante del Día de la Mujer de la Comunidad de Madrid y embajadora contra la violencia de género.
Comienza a escribir un libro, "La vida es un regalo", un testimonio conmovedor, lleno de coraje, en el que relata su accidente y cómo ha intentado superar sus graves lesiones. Para ella su contenido es la narración de una superación y una puerta abierta a nuevos retos.
Tal y como escribe en su introducción "Este libro es para mí un grito a la vida".
Tres días antes de salir a la venta, el 11 de octubre de 2013, María es hallada muerta en un hotel de Sevilla en donde se encontraba para realizar su presentación. Tenía treinta y tres años.
Según la posterior autopsia, el fallecimiento se produce por causas naturales relacionadas con el grave accidente sufrido el año anterior.
El 29 de octubre se le concede la medalla de oro de la Real Orden de Mérito Deportivo a título póstumo, siendo también galardonada con el Premio Honorífico de la Universidad Europea de Madrid.
En 2015, se hacen públicos los resultados de un informe sobre el accidente realizado por Health and Safety Executive (HSE), en el que se concluye que la piloto no recibe información sobre cómo parar el vehículo en su entrada a boxes y debido al engranado de las marchas y el sistema anticalado es empujada contra el camión, librando de culpa al equipo.
La familia de Villota, no contenta con esta resolución, emprende acciones legales contra la escudería que finalizan el pasado mes de septiembre al llegarse a un acuerdo con Manor F1 Team, heredero de Marussia, en el que se concluye que el accidente fue causado por diversos motivos, entre ellos el producido por la situación de un camión aparcado en la zona de pit con su rampa desplegada, eximiendo de cualquier error a María.
El 11 de octubre de 2017, la familia emite un comunicado oficial coincidiendo con su el cuarto aniversario de su muerte en el que anuncia este acuerdo.
Paul Tapner, del despacho de abogados Slater and Gordon declara que este es un momento importante para poner a partir de ahora todos los esfuerzos en continuar con el Legado de María, movimiento creado para dar continuidad a las iniciativas que ella puso en marcha, dirigidas principalmente a niños con enfermedades neurodegenerativas y personas sin recursos.
Desde el pasado verano la última curva del Circuito del Jarama llevará su nombre.