Mary Decker nace el 4 de agosto de 1958 en Bunnvale, Nueva Jersey (USA).
Con catorce años es la número uno de su país en 800 metros y la cuarta a nivel mundial. Debido a su precocidad y su constitución adolescente es apodada "Little Mary".
Convertida en niña prodigio, estaba destinada a ser una de las más grandes corredoras de la historia en las pruebas de medio fondo, sin embargo nadie podía imaginar la fatalidad que la perseguiría en los Juegos Olímpicos.
En Munich ´72 no puede participar por su corta edad.
Obligada a esperar cuatro años, todas sus miras se centran en Montreal ´76.
Con quince años bate el record mundial de la milla bajo techo y un año más tarde los de 880 yardas y 800 metros.
A finales de 1974 desarrolla un síndrome compartimental que deriva en una serie de lesiones que le impiden participar en los Juegos de Montreal debido a diversas fracturas por estrés.
La siguiente cita es en Moscú´80 en plena guerra fría. El boicot americano le imposibilita asistir. Es su tercer intento de competir fallido.
Decker continúa batiendo records mundiales. Es la primera mujer en bajar de 4:20 en la milla y su record estadounidense de 1500 metros se ha mantenido durante treinta y dos años.
En los Campeonatos del Mundo de Helsinki en 1983 alcanza el momento cumbre de su carrera al conquistar el título en las pruebas de 1.500 y 3.000 metros.
Por fin va a llegar el momento tan esperado, su debut en unos Juegos Olímpicos y además organizados por su país, Los Ángeles ´84.
El 11 de agosto de 1984 se disputa la gran final de los 3.000 metros femeninos. Mary Decker es la gran favorita. Su principal rival es la sudafricana Zola Budd de dieciocho años que corre descalza y que debido al castigo olímpico que padece su país por el Apartheid participa con pasaporte británico.
Budd ya es una estrella, habiendo batido el año anterior el record mundial de los 5.000 metros.
El estadio está abarrotado y todas las miradas se centran en estas dos atletas.
La primera parte de la carrera es lenta. Zola Budd pasa a la acción y se coloca en cabeza. Decker se pega a ella como una sombra. La sudafricana sufre un traspié. Se produce un contacto entre ambas. La norteamericana se tropieza con su pierna y cae golpeándose la cadera. Ya no puede continuar.
Para la historia queda su imagen de llanto desconsolado mientras observa desde el suelo alejarse al resto de participantes y con ello la posibilidad de obtener la gloria olímpica que desde hacía tantos años anhelaba.
Budd continúa en cabeza entre los abucheos del público. En la última vuelta, el incidente le pasa factura y se viene abajo para acabar en séptima posición.
Budd es acusada por su rival apoyada por los medios de comunicación estadounidenses.
Los comisarios revisan lo sucedido y no encuentran nada punible.
En la siguiente temporada Decker se desquita permaneciendo invicta en todas sus carreras.
Pero la desdicha la seguiría acompañando en los JJ.OO.
En Seúl ´88, un virus surgido a última hora disminuye sus fuerzas acabando décima en los 3.000 y octava en 1.500 metros.
Para Barcelona ´92 no consigue clasificarse para formar parte del equipo norteamericano. En Atlanta ´96 va a participar en la prueba de 5.000 metros pero unos controles de orina previos a los Juegos muestran unos niveles anormales de testosterona que le provocan una suspensión de dos años.
Decker presenta una demanda, comienza una batalla legal alegando que la prueba no es fiable para las mujeres de más de treinta años que toman píldoras anticonceptivas. En abril de 1999 el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) falla en su contra poniendo punto final a su carrera.
En total Mary Decker batió diecisiete records mundiales entre oficiales y no oficiales y treinta y seis records de Estados Unidos en distancias que van desde los 800 hasta los 10.000 metros, pero siempre será recordada por su caída en Los Ángeles ´84 y su infortunio en los Juegos Olímpicos.
En 2003 fue incluida en el Salón de la Fama del Atletismo estadounidense.