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domingo, 31 de diciembre de 2017

*Boris, el tramposo


Boris Onishchenko nace el 19 de septiembre de 1937 en Bereznyaky (Ucrania).
Desde su adolescencia destaca como un excelente deportista principalmente en natación, encontrando en el pentatlón moderno la especialidad deportiva en la que desarrollar todo su talento. En esta prueba se reúnen la esgrima, natación, hípica, carrera campo a través y el tiro con pistola.
Acude a los Juegos Olímpicos de Mexico ´68 representando a la extinta Unión Soviética consiguiendo la medalla de plata en la prueba por equipos.
Cuatro años más tarde, en los JJ.OO. de Múnich ´72 sube un escalón en el podio al obtener el oro y se cuelga además la plata en la prueba individual.
En los campeonatos del mundo cosecha un total de once medallas entre 1967 y 1974. Cuatro oros, una plata y un bronce por equipos,  junto a un oro, una plata y tres bronces en la modalidad individual. Un palmarés envidiable.
Es oficial del ejército y uno de los deportistas más respetados del régimen soviético, siendo condecorado por su impecable trayectoria con la Orden de la Bandera Roja del Trabajo.
Se convierte en un icono en su país.
Nadie podía imaginar su artimaña para mejorar sus resultados en los siguiente Juegos de Montreal ´76.
La Unión Soviética se encuentra en cuarto lugar por detrás de Gran Bretaña después de la primera prueba, la hípica.
La esgrima es la siguiente disciplina. Un torneo de espada a un toque en el que todos se enfrentan contra todos. Onishchenko es considerado el mejor esgrimista entre los competidores y es el favorito para ganar sus combates.
Comienza venciendo con facilidad a sus primeros adversarios.
Sus siguientes rivales casualmente pertenecen al mismo país, Gran Bretaña.
En su enfrentamiento contra Adrian Parker comienzan las sospechas al no sentirse tocado por la espada del ucraniano y ver que se enciende la luz que le da por derrotado.
Su siguiente oponente es Jim Fox que certifica la misma sensación.
La delegación británica presenta una reclamación ante los jueces que finalmente optan por requisar la espada de Onishchenko para examinarla.
Mientras tanto, se le permite seguir compitiendo con otra arma con la que sigue obteniendo victorias.
Ante su sorpresa descubren que la espada ha sido modificada y que en la empuñadura, bajo la cazoleta, existe un interruptor que Onishchenko activa cuando su espada se acerca al cuerpo del rival haciendo que el punto suba al marcador sin necesidad de tocar al adversario.
La decisión es inmediata, es excluido de la competición lo que obliga a su país a tener que retirarse de la competición por equipos.
Al día siguiente abandona la villa olímpica bajo protección oficial ante las amenazas de algunos de sus compañeros de la delegación soviética por la vergüenza y la deshonra que ha ocasionado a su país.
A su regreso, es inhabilitado de por vida, expulsado del ejército rojo, multado con 5,000 rublos y desposeído de todos sus honores deportivos.
Fue el final de uno de los deportistas más reconocidos de la URRS.
Poco se sabe de su paradero a partir de ese momento.
Existen rumores que fue enviado a trabajar a unas minas de sal en Siberia, otros le sitúan como taxista en la ciudad de Kiev. Para la prensa y sus compatriotas siempre será "Boris, el tramposo".