Gerardo García Berodia nace en Madrid el 6 de junio de 1981. Desde pequeño se interesa por el fútbol y a los diez años, tras pasar una prueba, pasa a formar parte de la cantera del R. Madrid.
Allí coincide con Iker Casillas con el que empieza a entablar amistad y cuyo padre le pasa a buscar cada día para llevarles juntos a los entrenamientos.
Ambos forman parte de la Generación del '81 del equipo blanco, junto a Miñambres, Borja, Aganzo y Raúl Bravo, que en 1995 conquista el Campeonato de Europa infantil y en el que Berodia es distinguido con el premio de mejor jugador continental. Este galardón le vale un contrato con la firma Nike, algo impensable a esa edad para el resto de sus compañeros.
Ese mismo año consiguen también la victoria en el Mundialito Internacional sub-15.
Poco después, cuando sus padres comienzan a negociar su primer contrato profesional con el club, empieza a sentir molestias en el tobillo al correr y golpear el balón. Los dolores van en aumento hasta que tras una serie de pruebas se le diagnostica un tumor maligno en el astrágalo. Las opciones que ofrecen los médicos son desalentadoras: hay que elegir entre la amputación del pie o quitar el hueso entero y fijar la tibia con el tobillo. La joven promesa ve como todos los sueños se vienen abajo y el fútbol deja de significarlo todo. La principal preocupación es que su vida no corra peligro.
El equipo médico del hospital Niño Jesús de Madrid le ofrece otra alternativa, limpiar el hueso e implantar otro del banco de donantes y que éste regenere solo.
El proceso le aparta de los campos de fútbol durante más de tres años en los que se somete a operaciones y tratamientos intensos.
Con dieciocho años vuelve al R. Madrid con la ayuda de Vicente del Bosque, encargado de las categorías inferiores del club, que pone a su disposición las instalaciones para que pueda continuar su rehabilitación.
Berodia pone todo su tesón y su esfuerzo para alcanzar el nivel y la forma de sus compañeros pero su tren ya ha pasado. Es cedido por el R. Madrid, comenzando su peregrinaje por distintos equipos de categorías inferiores. Navalcarnero, Leganés, Zamora, Ponferradina, Conquense y Lugo, con el que consigue ascender a segunda división.
A pesar de ser el máximo goleador durante la pretemporada, el entrenador del equipo gallego apenas cuenta con él, por lo que dispone de pocos minutos durante el Campeonato de Liga.
Estando en esta situación, de pronto, le surge la posibilidad de fichar en 2013 por el Wilstermann, un equipo de la primera división de Bolivia.
Acepta la propuesta y en muy poco tiempo alcanza la fama, el lujo y el reconocimiento. Se gana el cariño de la grada y se convierte en un ídolo. A las tres semanas de su llegada renueva por el club por tres temporadas más. Su popularidad le lleva a ser el icono de distintas marcar comerciales y se convierte en la imagen de BMW.
En su primera temporada es considerado como el mejor jugador del campeonato y la Federación de Fútbol de Bolivia le propone la nacionalización cuando cumpla los dos años de residencia para jugar con su selección la Copa América.
Gerardo se muestra entusiasmado ante la posibilidad de enfrentarse a equipos como Brasil o Argentina y poder jugar contra figuras de la talla de Messi o Neymar.
Pero todo vuelve a truncarse de nuevo.
Su hijo tiene un grave accidente con una puerta de cristal en la urbanización donde reside teniendo que recibir seiscientos puntos de sutura.
Junto a su mujer decide regresar a España para que su hijo se recupere y abandona todo lo que había conseguido hasta ese momento.
El restablecimiento de su hijo es un éxito, pudiendo llevar una vida completamente normal.
Berodia, al no tener trabajo, compra una licencia de taxi para ganarse la vida en Madrid.
Por continuar con su pasión por el fútbol y evadirse de tantas horas al volante, en la temporada 2015-16 ficha por el Navalcarnero, equipo de la tercera división madrileña en el que se ha convertido en el máximo goleador de la categoría.
(Esta es la entrevista que mantuvimos en Europea.Radio:
http://europeamedia.es/europea-radio/en-marcha-gerardo-garcia-berodia-20-v-15)
Allí coincide con Iker Casillas con el que empieza a entablar amistad y cuyo padre le pasa a buscar cada día para llevarles juntos a los entrenamientos.
Ambos forman parte de la Generación del '81 del equipo blanco, junto a Miñambres, Borja, Aganzo y Raúl Bravo, que en 1995 conquista el Campeonato de Europa infantil y en el que Berodia es distinguido con el premio de mejor jugador continental. Este galardón le vale un contrato con la firma Nike, algo impensable a esa edad para el resto de sus compañeros.
Ese mismo año consiguen también la victoria en el Mundialito Internacional sub-15.
Poco después, cuando sus padres comienzan a negociar su primer contrato profesional con el club, empieza a sentir molestias en el tobillo al correr y golpear el balón. Los dolores van en aumento hasta que tras una serie de pruebas se le diagnostica un tumor maligno en el astrágalo. Las opciones que ofrecen los médicos son desalentadoras: hay que elegir entre la amputación del pie o quitar el hueso entero y fijar la tibia con el tobillo. La joven promesa ve como todos los sueños se vienen abajo y el fútbol deja de significarlo todo. La principal preocupación es que su vida no corra peligro.
El equipo médico del hospital Niño Jesús de Madrid le ofrece otra alternativa, limpiar el hueso e implantar otro del banco de donantes y que éste regenere solo.
El proceso le aparta de los campos de fútbol durante más de tres años en los que se somete a operaciones y tratamientos intensos.
Con dieciocho años vuelve al R. Madrid con la ayuda de Vicente del Bosque, encargado de las categorías inferiores del club, que pone a su disposición las instalaciones para que pueda continuar su rehabilitación.
Berodia pone todo su tesón y su esfuerzo para alcanzar el nivel y la forma de sus compañeros pero su tren ya ha pasado. Es cedido por el R. Madrid, comenzando su peregrinaje por distintos equipos de categorías inferiores. Navalcarnero, Leganés, Zamora, Ponferradina, Conquense y Lugo, con el que consigue ascender a segunda división.
A pesar de ser el máximo goleador durante la pretemporada, el entrenador del equipo gallego apenas cuenta con él, por lo que dispone de pocos minutos durante el Campeonato de Liga.
Estando en esta situación, de pronto, le surge la posibilidad de fichar en 2013 por el Wilstermann, un equipo de la primera división de Bolivia.
Acepta la propuesta y en muy poco tiempo alcanza la fama, el lujo y el reconocimiento. Se gana el cariño de la grada y se convierte en un ídolo. A las tres semanas de su llegada renueva por el club por tres temporadas más. Su popularidad le lleva a ser el icono de distintas marcar comerciales y se convierte en la imagen de BMW.
En su primera temporada es considerado como el mejor jugador del campeonato y la Federación de Fútbol de Bolivia le propone la nacionalización cuando cumpla los dos años de residencia para jugar con su selección la Copa América.
Gerardo se muestra entusiasmado ante la posibilidad de enfrentarse a equipos como Brasil o Argentina y poder jugar contra figuras de la talla de Messi o Neymar.
Pero todo vuelve a truncarse de nuevo.
Su hijo tiene un grave accidente con una puerta de cristal en la urbanización donde reside teniendo que recibir seiscientos puntos de sutura.
Junto a su mujer decide regresar a España para que su hijo se recupere y abandona todo lo que había conseguido hasta ese momento.
El restablecimiento de su hijo es un éxito, pudiendo llevar una vida completamente normal.
Berodia, al no tener trabajo, compra una licencia de taxi para ganarse la vida en Madrid.
Por continuar con su pasión por el fútbol y evadirse de tantas horas al volante, en la temporada 2015-16 ficha por el Navalcarnero, equipo de la tercera división madrileña en el que se ha convertido en el máximo goleador de la categoría.
(Esta es la entrevista que mantuvimos en Europea.Radio:
http://europeamedia.es/europea-radio/en-marcha-gerardo-garcia-berodia-20-v-15)