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domingo, 14 de diciembre de 2014

* La esclava de Knysh


Olga Korbut nace en Grodno (Bielorrusia) el 16 de mayo de 1955.
Empieza a practicar gimnasia a los ocho años y a los once comienza a ser entrenada por el reconocido técnico Renald Knysh.
Juntos comienzan a innovar este deporte. Su planteamiento consiste en favorecer los aspectos atléticos sobre los artísticos, fundamentado en saltos explosivos, piruetas de gran dificultad y riesgo, frente a los tradicionales elementos de ballet y elegancia en las coreografías.
En los campeonatos nacionales de la URSS de 1969, con catorce años, es la participante más joven y termina en quinta posición. Al año siguiente ya obtiene la medalla de oro en la prueba de salto.
Su gran momento llega en los JJ.OO. de Múnich ´72, en los que se convierte en una auténtica estrella de la gimnasia.
Su ejercicio en barras asimétricas en la competición por equipos fue para muchos especialistas el mejor que se había realizado hasta esa fecha en unos Juegos Olímpicos, consiguiendo por sexta vez consecutiva la medalla de oro para la Unión Soviética.
En el concurso completo es la gran favorita pero su fallo en asimétricas le lleva a la séptima posición, conmoviendo a todo el mundo su desconsolado llanto.
En las finales por aparatos cosecha dos nuevas medallas de oro con sus ejercicios en suelo y barra de equilibrios y logra la plata en paralelas asimétricas, lo que la consagra como una leyenda de este deporte.
Dos años más tarde, se proclama campeona del mundo por equipos en Varna (Bulgaria).
Su última gran competición internacional son los JJ.OO. de Montreal ´76 en los que la nueva reina, Nadia Comaneci, eclipsa a todas las participantes. A pesar de llegar lesionada, Korbut conquista una nueva medalla de oro por equipos y una de plata en barra de equilibrios.
Un año después se retira de la gimnasia habiendo dejado innovadores elementos técnicos, siendo los más importantes el "Salto Korbut, un salto mortal hacia atrás en la barra de equilibrios y el "Flip Korbut" en las paralelas asimétricas, iniciando una generación de gimnastas delgadas y de baja estatura pero de explosivos movimientos y gran potencia muscular. Fue un modelo a imitar que contribuyó a una difusión sin precedentes de la gimnasia artística femenina.
Tras la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989, se comienzan a desclasificar documentos y se empieza a tener conocimiento del sistema de doping sistemático en los países de la Europa del Este, especialmente en la República Democrática Alemana.
En junio de 1999 Olga Korbut reveló al diario Komsomólskaya Pravda la cara oculta del deporte sovietico. Muchas gimnastas de la antigua Unión Soviética no sólo eran máquinas deportivas, sino también esclavas de sus entrenadores, doncellas para sus servicios personales al ser obligadas a mantener relaciones sexuales con ellos. Las alegrías deportivas solamente suavizaban su desdichada vida.
Olga estaba supeditada totalmente a su entrenador Renald Knysh, siendo golpeada en diversas ocasiones y teniendo que mentir en casa diciendo que los cardenales eran producto de las caídas en los entrenamientos. El miedo le impedía revelar lo que ocurría realmente y temía confesar la verdad por temor a sufrir represalias, a lo que se unía la impotencia para poder revertir aquella situación.
Veintinueve años después se atrevió a desvelar los detalles:
"Cuando tenía 15 años Knysh entró en mi cuarto con una botella de coñac obligándome a tomar varias copas, lo que ocurrió a partir de ahí mientras estuve en el equipo nacional son unos recuerdos terribles que me han acompañado durante muchos años".
Olga Korbut fue la primera gimnasta en entrar en el Hall of fame de la Gimnasia en 1998 y reside actualmente en Estados Unidos.
Knysh fue procesado por violación pero el caso fue cerrado por falta de pruebas.