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sábado, 1 de noviembre de 2014

* La increíble historia de "Big Mike"

Michael Oher nace en Memphis el 28 de mayo de 1986. Crece en uno de los barrios más miserables de la ciudad llamado Hurt Village (el barrio del dolor).
Sus padres nunca se ocupan de él ni de sus once hermanos por lo cual se les retira su custodia cuando tenía siete años de edad. Su madre es adicta al alcohol y al crack. Su padre es encarcelado con frecuencia y termina siendo asesinado.
Durante su infancia no tiene un hogar y duerme en las calles o bajo algún cobertizo. Vive entre bandas callejeras y drogas. Tiene todos los rasgos del marginado que le van a conducir a ser un delincuente y un drogadicto.
Se niega a pertenecer a ese círculo pues espera algo mejor de sí mismo, para ello, se encierra en un hermetismo inquebrantable. No desarrolla habilidades sociales de ningún tipo y le cuesta comunicarse con los demás.

A los trece años se despierta a las seis de la mañana para vender periódicos y tener así algo de dinero para comer.
Con dieciséis años, el padre de un amigo consigue que le acepten en una escuela privada cristiana de Memphis en la que no va a pasar desapercibido. Es el único alumno negro y su metro noventa de estatura con sus 156 kilos de peso se unen a sus problemas de comunicación y su constante silencio, siendo conocido por todos como "Big Mike".
Ante sus dificultades de aprendizaje entra en el programa de educación especial de la institución y se le prohíbe practicar deporte para que se centre en sus estudios, pero nada parece producir resultados positivos.
Su situación es muy precaria, siempre viste la misma ropa, vive en un remolque abandonado y en ocasiones no tiene qué comer.
Sean Tuohy y su esposa Leigh Anne, padres de dos alumnos de la escuela, se le encuentran una fría noche por la calle y le empiezan a ayudar con la comida y con la ropa hasta que finalmente le acogen en su casa para más tarde terminar adoptándole.
La familia Touhy, una acomodada familia de raza blanca, le impulsa a progresar en su educación y le proporciona todo aquello de lo que siempre había carecido.
A su vez,  el entrenador del equipo de fútbol americano de  la escuela insiste en tenerle en su equipo. Michael es pasivo y no tiene mucha idea de las nociones básicas de este deporte, pero quiere pulirle poco a poco aprovechando su corpulencia y su fuerza.
Al final de su segundo año, algunos técnicos de las principales universidades del país acuden a verle jugar.
Sin embargo, hay un problema. La NCAA (Asociación Nacional Atlética Colegial) prohíbe participar en competiciones universitarias a aquellos deportistas que no tengan una nota mínima. La señora Tuohy se aplica en la tarea de reforzarle en sus calificaciones contratando a una pedagoga especializada en jóvenes con problemas de aprendizaje hasta que, por fin, puede entrar en la universidad.
Recibe oferta de becas de Tennessee, Louisiana, Alabama y Carolina del Sur, decidiéndose por la Universidad de Mississippi.
En su primer año se convierte en "All American", reconocimiento que se da al mejor jugador en su posición de todas las universidades del país.
Luego cambia su demarcación de guardia por la de tackle, alternando los lados derecho e izquierdo.
Después de la temporada 2008, es reconocido unánimemente como "All American" por segunda vez y se gradúa en Justicia Criminal.
En el Draft del 2009 es elegido en primera ronda por los Baltimore Ravens para jugar en la NFL firmando un contrato de cinco años por 13,8 millones de dólares.
Al finalizar la temporada es votado en segunda posición como novato ofensivo del año.
El 3 de febrero 2013 logra el anillo de la NFL al ganar con  los Baltimore Ravens la Super Bowl a San Francisco 49ers por 34-31.
Presenciando la final en las gradas del estadio se encuentra el matrimonio Tuohy con sus dos hijos, sin cuya generosidad la vida de aquel muchacho de Hurt Village habría sido bien distinta.
El pasado 15 de marzo de 2014, a sus veintisiete años, ha firmado un contrato de cuatro años con los Tennessee Titans por 19,9 millones de dólares.