Tres grandes puertos por el camino: Telegraphe, Galibier y la ascensión final a Alpe d´Huez.
Casi de salida, a 92 km. de la meta, salta del pelotón Alberto Contador. El gran damnificado del día anterior.
Reclamando protagonismo, se disfrazó de una épica postiza.
Sin tener ningún compañero por delante. Con los rivales sin desgastar en la etapa. Y lo que es todavía más esencial, sin que le sobrasen las fuerzas.
Su intento no tenía razón de ser.
Tras Contador se fue Andy Schleck pegado a su rueda.
Llevando todo el peso de la fuga, apenas abrió hueco.
Sabía que no iba a ningún sitio.
Coronó el Galibier con tan sólo 36" sobre un pelotón en el que únicamente faltaban los sprinters.
En el largo descenso, como era de esperar, fueron absorvidos por el grupo.
Así se llegó a las primeras rampas de Alpe d´Huez.
Contador saltó de nuevo.
Nadie va tras él. Su distanciamiento en la General permite que pueda irse solo.
Le quedan 11 km. de subida.
Aunque al principio abrió una diferencia que rondaba el minuto, su renta fue reduciéndose, a pesar de que el grupo no iba demasiado rápido por detrás, dado el gran número de unidades con que contaba.
Samuel Sánchez ataca con Rolland soldado a su tubular y se van acercando a Contador.
A 2 km. de la cima le dan caza y Rolland demarra hacia la meta.
Samuel es 2º a 14" y Contador llega 3º a 23".
El grupo de favoritos llega a 57". Sólo les ha arañado 34".
Si pretendía ganar la etapa, no venía a cuento saltar a casi 100 km.
Si buscaba dar un vuelco en la General, carecía de una estrategia lógica.
Si intentaba reivindicarse, tal vez lo haya conseguido.
Especialmente, de cara a la galería y para la prensa que le venera.
Una prensa que tilda de histórica la hazaña de Contador, proclamando que será recordada durante mucho tiempo.
Una prensa que critica el chauvinismo y ejerce la mitomanía.
Idolatrar esta maniobra fallida es una herejía, contrastada al lado de gestas heróicas de hombres como Fuente, Ocaña o Pantani, por citar sólo unos ejemplos.
Se le otorgó, eso sí, con pleno merecimiento el premio a la combatividad de la jornada.
Alberto, en sus declaraciones posteriores, se justificaba diciendo: "El apoyo de la afición, dándome las gracias por el espectáculo, me llena más que un triunfo aquí. Ganar o no ganar el Tour es sólo un número en un palmarés".
El propio Contador manifestaba: "El año que viene volveré para ganar el Tour, y me centraré en exclusiva para esta carrera, que es la más importante. Al Giro nunca más".
No es la primera vez que Contador y Albertito nos ofrecen estas contradicciones.