En plena efervescencia del Caso Contador, con la Operación Galgo todavía en manos de la justicia, tras las noticias de los últimos días de nuevos casos de doping y después de escuchar y ver las excusas de algunos implicados para justificar su inocencia, me vienen a la memoria, los curiosos intentos de algunos deportistas por encontrar una coartada que les exculpe.
El actual campeón mundial y olímpico de 400 metros LaShawn Merrit,
declaró que las grandes cantidades de DHEA que se le detectaron, fueron producidas por un medicamento para alargarse el pene.
Dennis Mitchell, uno de los mejores corredores de 100 metros de los años 90, dio positivo por testosterona en 1998, pero manifestó que su positivo se debía a una larga noche de sexo y algunas cervezas.
El ciclista Tyler Hamilton, inmerso en varios casos de dopaje, explicó que los restos que se encontraron en su organismo se debían a un gemelo nonato que se habían quedado incorporadas a su organismo.
El campeón olímpico de 5.000 metros en Barcelona '92, Dieter Baumann, dijo que habían manipulado su dentifrico para transmitirle sustancias dopantes.
Cuando Javier Sotomayor, plusmarquista mundial de salto de altura, dio positivo por cocaína, salió Fidel Castro en su defensa, alegando que "se trataba de un complot contra la Revolución por parte del enemigo imperialista"
El tenista francés Richard Gasquet manifestó haber besado a una chica que le transfirió la cocaína por la que dio positivo.
Otro tenista, el checo Petr Korda se refirió a la contaminación alimenticia, pero la dosis de clembuterol que se encontró en su organismo, sólo la habría producido la ingesta de 40 terneras al día, durante 20 años.
Los ciclistas Rumsas y Vanderbrouke afirmaron que las sustancias que se les encontraron en su despensa eran para su suegra y su perro respectivamente.
El argentino Mariano Puerta dijo haber bebido agua del vaso de su mujer que contenía un medicamento prohibido.
Romario, futbolista brasileño, alegó que la presencia de anabolizantes en su cuerpo se debía a un crecepelo.
Algunos jugadores latinos de la liga de beisbol norteamericana han razonado, que al no saber bien el inglés, se confundieron al leer la composición de unos supuestos complejos vitamínicos.
Así podíamos estar horas.
Estas argumentaciones siempre me hacen recordar la frase de aquella mujer a la que el marido pilló en la cama con su amante: "Cariño, puedo explicártelo, no es lo que parece".