Que la Liga 2010-11 era cosa de dos, no se le escapaba a nadie, antes de iniciarse el Campeonato.
Las diferencias, entre los dos grandes del fútbol español y el resto, aumentan cada año.
No es lógico que suceda, que un equipo no sea campeón con 96 puntos, circunstancia que le ocurrió al R.Madrid de Pellegrini el año pasado.
Las diferencias económicas entre estos dos clubs y los demás, son abismales.
Las disparidad de ingresos, por derechos de televisión, contribuyen a aumentar estas desigualdades.
R.Madrid y F.C.Barcelona, junto a Athletic y Osasuna, son los únicos clubs que no se transformaron en sociedades anónimas. Muchas empresas irían a la quiebra si tuviesen las deudas que arrastran algunos equipos.
La llegada de algún mecenas, que invierte su dinero para salvar al club, ya se ha dado en los casos de Málaga y Racing.
No obstante, viendo los argumentos deportivos, que nuestros dos equipos más ilustres desarrollaban sobre el terreno de juego, era cuestión de tiempo ver en qué momento el F.C.Barcelona sentenciaría el Campeonato.
Todo apuntaba al Clásico del mes de abril.
Con lo que no contábamos era, que nada más comenzar la segunda vuelta y a falta de 17 jornadas para el final, la Liga esté prácticamente resuelta.
Los 7 puntos de diferencia, 8 en realidad, unidos a la superioridad demostrada en la primera parte de la competición, hacen impensable otro desenlace.
Algo habrá que hacer al respecto en el futuro, para dotar de más alicientes a un torneo, que esta temporada se nos puede hacer demasiado largo.
El F.C.Barcelona y el R.Madrid son, además, los segundos equipos de muchos socios y simpatizantes de otros clubs.
La asistencia a los estadios y el seguimiento televisivo se van a ver dañados.
Queda por dilucidar, eso si, el resto de plazas europeas y el descenso.
170 partidos por delante, para objetivos menos trascendentes, de la que presume ser, la mejor Liga del mundo.