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domingo, 21 de noviembre de 2010

* El lado oscuro



Durante la última semana ha sido una saturación constante.
Una y otra vez los medios de comunicación nos repetían el lamentable enfrentamiento dialéctico entre José Mourihno y Manuel Preciado.Este tipo de situaciones son un filón para aquellos que se empeñan en ofrecernos, machaconamente, todos los días, las conductas antideportivas, el insulto, la ofensa, la agresión, la patada.
Desenterrando, si es necesario,  las de la temporada pasada o las de hace diez años.
Nos muestran siempre lo que confronta antes que lo que reconcilia, lo que hostiga antes que lo que apacigua, lo que enemista antes que lo que pacifica, el juego sucio antes que el noble.
Haciendo que estas malas conductas se conviertan en cotidianas y constituyan un mal ejemplo para todos. En vez de ofrecernos las conductas que engrandecen y dignifican el deporte, que también las hay.
Sin ir más lejos, hace unos días, en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, Vicente del Bosque, saltándose el protocolo,  invitó a Luis Aragonés a compartir el galardón con él y con los jugadores de la selección campeona del mundo.
Luis Aragonés, su antecesor en el cargo,  fue el más feroz crítico y opositor de Vicente del Bosque durante la disputa del pasado Mundial.
Este tipo de gestos, como el de Del Bosque, bien merecen un premio por sí mismos.