Nieto de un esclavo, Jackie Robinson nace el 31 de enero de 1919 en Georgia (USA) en el seno de una familia de peones de campo. Siete años después se trasladan a California, en donde no puede escapar al racismo imperante en esa época en los Estados Unidos y empieza a dar muestras de su combatividad antisegregacionista.
Comienza a destacar en varios deportes cuando debe incorporarse al ejército con motivo de la II Guerra Mundial. En su etapa militar protagoniza algunas escenas por defender el color de su piel, como negarse a ocupar la parte trasera de un autobús, por lo que llega a ser procesado aunque finalmente resulta absuelto.
De regreso a casa, recibe una oferta para jugar en un equipo de béisbol de la Negro League, una competición exclusiva para negros.
Más tarde, el presidente de los Brooklyn Dodgers, un equipo de la Liga Profesional, le hace una oferta y le pregunta si va a ser capaz de aguantar los insultos racistas sin entrar en provocaciones.
En primera instancia es cedido a su equipo filial, los Montreal Royals perteneciente a una liga menor y se convierte en el primer negro en formar parte de la plantilla, teniendo que soportar todo tipo de vejaciones.
En los viajes debe ser acogido en casas particulares pues las leyes prohíben a los negros compartir habitación de hotel con los blancos. En algunas ciudades no se deja entrenar al equipo en sus campos, en otras ocasiones las autoridades suspenden los partidos para evitar que un negro juegue.
Todo ello no impide que gracias a su gran rendimiento se alcen con el título de la Little World Series.
Los Dodgers le recuperan para jugar la Liga Nacional debutando el 15 de abril de 1947.
Ese día Jackie Robinson se convierte en el primer jugador afroamericano de la historia del béisbol profesional estadounidense, consiguiendo además la carrera que significa la victoria en el partido.
Desde el principio tiene problemas dentro de su propio equipo, donde algunos compañeros se niegan a entrenar con él y no quieren que utilice su mismo vestuario. Otros jugadores quieren abandonar el club pidiendo ser traspasados.
Hay equipos que amenazan con una huelga en la competición si se mantiene su presencia y recibe cartas con amenazas de muerte.
En los partidos tiene que soportar todo tipo de insultos y amenazas, contrincantes que le escupen en sus zapatillas, lanzadores que tiran a darle en la cara, aficionados que arrojan gatos negros al campo.
Dado su espíritu luchador, le cuesta conservar la calma y no replicar al hostigamiento que sufre, sabe que de hacerlo va a ser considerado un negro insolente, lo que supondría el final de su carrera deportiva y cerrar la posibilidad de incorporación a nuevos jugadores de color.
Se convence que la mejor manera de enfrentarse es demostrar su valía en el terreno de juego y en su primera temporada consigue el mayor número de bases robadas y el premio al Novato del Año.
Mantener el control ante tanta provocación le hace ganarse poco a poco el respeto de algunos compañeros blancos, especialmente de Pee Wee Reese.
Durante un partido en Cincinnati, ante los abucheos y ofensas del público se acerca a Robinson poniéndole la mano sobre el hombro y mirando desafiante a la tribuna.
Este gesto se plasmará en una estatua de bronce que está situada cerca del antiguo estadio de Brooklyn.
Mientras tanto, su progresión es incuestionable y en 1949 es elegido jugador más valioso de la Liga Nacional.
En las diez temporadas que juega para los Dodgers, les lleva en seis de ellas a disputar las Series Mundiales y es el hombre clave para conquistar el título en 1955.
Es elegido en seis ocasiones para el Partido de las Estrellas y en 1962 ingresa en el Salón de la Fama del Béisbol.
Después de su retirada, continúa su batalla contra la segregación racial creando un banco para ayudar a los negros y una constructora para favorecer la vivienda a afroamericanos sin medios económicos, trabajando a su vez con iglesias y organizaciones sociales.
El 24 de octubre de 1972 muere de un ataque al corazón provocado por una diabetes que le había dejado ciego.
Tras su fallecimiento, su viuda funda la Jackie Robinson Foundation que otorga becas escolares para ayudar a los jóvenes a tener unos estudios.
En 1997 el año en el que se cumple el 50º aniversario de su primer partido en la Liga Nacional, en su honor y como condena al racismo, el número 42 que siempre utilizó se retira de todos los equipos para que nadie jamás pueda volver a utilizarlo y la temporada completa es dedicada a su memoria.
Desde el año 2004, la fecha de su debut ha sido declarada en Estados Unidos el Día de Jackie Robinson, un jugador que cambió la historia social de este deporte por su firme actividad en la igualdad de derechos y su pugna contra la discriminación racial.
Cada 15 de abril todos los jugadores de cualquier equipo llevan durante esa jornada el mismo número, su número, el 42.