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sábado, 19 de noviembre de 2022

* J.J. Braddock "Cinderella Man"

James J. Braddock nace en Nueva York el 7 de junio de 1905 en el seno de una humilde familia irlandesa. Crece en una zona marginal de Manhattan conocida como "La cocina del infierno" aunque siempre tiene la habilidad de escapar a los problemas y peligros con los que convive en aquel barrio.
Con 15 años acude a un gimnasio donde empieza a entrenarse y se inicia en el boxeo. A pesar de no ser el más fuerte, su tenacidad le iguala con gente de mejores condiciones.
Comienza a conseguir buenos resultados en el campo amateur que le llevan a ser el mejor púgil de la Costa Este y pasa al profesionalismo a los 21 años.
Es conocido por su potente mano derecha y por ser un buen encajador, lo que le sirve para acumular triunfos y dinero para llevar una vida desahogada.
Después de tres años su record es 35-5-6 con 21 nocauts. 
En 1929 le llega la oportunidad de pelear por el título mundial de los semipesados contra Tommy Loughram en el estadio de los Yankees. 
El control de la pelea es suyo pero su rival consigue mantenerse a salvo de su derecha.
El veredicto de los jueces le da perdedor por escaso margen, lo que le supone un serio contratiempo.
En octubre de ese mismo año la Bolsa de Nueva York salta por los aires y Braddock, que tiene confiados todos sus ahorros en el mercado de valores, queda en la ruina. Es la época de la Gran Depresión. 
A partir de ese momento, su principal preocupación es poder alimentar a su mujer y sus tres hijos pues las posibilidades en el negocio del boxeo son muy escasas.
Cada mañana acude a los muelles de Nueva York en busca de trabajo por horas como estibador. A veces lo consigue y gana unos pocos dólares, en otras ocasiones vuelve con las manos vacías. 
Sigue boxeando para lograr algo de dinero pero las bolsas ya no son las de antes. Apenas entrena y eso se traduce en dieciséis derrotas en veintidós combates. En una de esas peleas se fractura la mano derecha y se le retiene el dinero.
La desesperación se apodera de él y tiene que acudir a la Beneficencia Pública para poder comer cada día.
En 1934, su antiguo agente le consigue un combate con una de las grandes promesas del boxeo neoyorkino del momento. Braddock aparece como una buena víctima en la ascendente carrera de John Griffin pero la bolsa es buena.
Su mujer se opone a que su marido se exponga a una paliza, pero arrastrada por la miseria en la que viven es finalmente convencida.
En el tercer asalto consigue una inesperada victoria dejando KO a su rival con un directo de izquierda, mano que había potenciado por su lesión en la derecha en sus horas de trabajo en el puerto.
Lo primero que hace con el dinero de la pelea es ir a la Beneficencia a devolver la ayuda que le habían prestado.
Gana sus dos siguientes combates y entonces le llega la oferta que nunca podía imaginar, la disputa del título mundial de los pesos pesados el 13 de junio de 1935. Su rival es Max Baer "el Apolo judío" uno de los mejores boxeadores de la historia con una pegada descomunal. 
Un año antes había destrozado al campeón mundial Primo Carnera al que derribó once veces y dos púgiles habían muerto como consecuencia de sus golpes.
Todo parece indicar que va a ser su suicidio deportivo, puesto que tiene más de 30 años, menor envergadura, una mano lesionada y le puede el orgullo de conseguir asegurar el futuro de su familia. Las apuestas están 9 a 1 a favor de Baer. La pelea se pacta a 15 asaltos.
En el Madison Square Garden Bowl de Long Island se congregan 35.000 personas y millones de aficionados lo siguen por radio. 
Es el favorito sentimental del público y comienza dominando. Sin embargo en los siguientes asaltos Baer busca desesperadamente el KO mientras Braddock encaja aquella lluvia de mazazos sin descomponerse. Es un combate brutal. Consigue mantenerse en pie haciendo gala de su coraje, determinación y resistencia.
A medida que Baer se va fatigando aprovecha para conectar algunos golpes a la contra y se llega al final de la pelea.
Las cartulinas de los jueces le dan la victoria a los puntos por decisión unánime tras el descuento efectuado a Baer por sus golpes antirreglamentarios y se proclama campeón del mundo de los grandes pesos logrando una de las mayores sorpresas en la historia de este deporte.
Su victoria es celebrada en todo el país. Significa el triunfo de los más desfavorecidos que no sólo se conforman con sobrevivir sino que perseveran por intentar pasar de la más absoluta pobreza al mayor de los éxitos.
Tras aquella pelea, el cronista deportivo Damon Runyon le bautizó con el nombre de Cinderella Man.
Posteriormente, sus continuas lesiones hacen que su primera defensa del título contra el alemán Max Schmeling tenga que ser cancelada.
Dos años más tarde defiende finalmente su corona ante otro mito del boxeo, el púgil de color Joe Louis de 23 años.
Adivinando el gran futuro que le espera a Louis, negocia la pelea acordando que recibirá el 10% de los ingresos de su rival en los siguientes diez años.
Logra tumbarle en el tercer round pero acaba cediendo ante el empuje del nuevo talento al perder por KO en el octavo asalto.
Es una derrota dulce pues la fulgurante carrera de Louis va a asegurar el futuro de Braddock y su familia para el resto de su vida.
Realiza una pelea más antes de retirarse definitivamente con un balance de 51 victorias en 86 combates.
En 1964 ingresa en el Ring Boxing Hall of Fame, en 1991 en el Hudson County Hall of Fame y en 2001 en el International Boxing Hall of Fame.
Fallece en 1974 a los 69 años de edad.
Con el paso de los años siguió siendo un héroe para todos los que conocieron su historia y su vida fue llevada al cine por Ron Howard en la película Cinderella Man.