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martes, 30 de agosto de 2022

* Abebe Bikila, el campeón descalzo

Abebe Bikila nace el 7 de agosto de 1932 en el poblado Jato de Etiopía, pasando la mayor parte de su infancia alternando la escuela con el pastoreo de ganado.
A los 17 años se traslada a vivir a la capital, Adís Abeba y tres años más tarde ingresa en el Cuerpo de la Guardia Imperial a las órdenes del emperador Haille Selassie, quien diseña actividades deportivas regulares para mantener a las tropas en buena forma física. 
Este programa le brinda la oportunidad de desarrollar su talento natural para el deporte.
Un día, mientras monta guardia en palacio, contempla el desfile de los atletas etíopes que vienen de participar en los Juegos Olímpicos de Melbourne '56. 
Al ver el nombre de Etiopía en sus espaldas se da cuenta que ese es su destino.
Durante esta etapa entra en contacto con el entrenador nórdico Onni Niskanen que es el director de atletismo del ministerio de educación del país. 
Con su ayuda inicia una intensa preparación de cara a las pruebas de fondo.
A los 24 años gana la maratón del campeonato de las fuerzas armadas, venciendo al héroe nacional de la época Wami Biratu. A pesar de ello, no es seleccionado para los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, pero una lesión de Biratu permite su inclusión en el equipo y puede hacer realidad su sueño de lucir un traje con el nombre de su país.
El patrocinador oficial de los Juegos de Roma '60 es la marca Adidas y cuando Bikila va a recoger su calzado comprueba que ninguno le queda cómodo, por lo que decide correr descalzo. 
La carrera tiene lugar el día 10 de septiembre y todo el mundo piensa que así no va a llegar demasiado lejos.
Lo cierto es que se destaca junto al gran favorito el marroquí Ben Abdesselam y ambos marchan en cabeza a falta de tres kilómetros ante la incredulidad de los espectadores. 
En ese momento, Bikila cambia el ritmo para distanciarse de su rival y llegar en solitario a la meta estableciendo un nuevo record mundial con 2 h.15´16" y convertirse en el primer deportista africano en ganar una medalla de oro olímpica.
Su victoria le supone el ascenso a sargento, un anillo de diamantes y ser condecorado con La Estrella de Etiopía por parte del emperador.
Cuatro años más tarde, ya convertido en leyenda nacional, se dispone a participar en los JJ.OO. de Tokio de 1964, cuando seis semanas antes de la prueba se ve obligado a suspender sus entrenamientos al sufrir un fuerte dolor abdominal y tener que ser operado de apendicitis ante el disgusto de todo su pueblo.
A pesar de estar convaleciente disputa la prueba, esta vez calzado, para derrotar al poseedor de la plusmarca mundial, el británico Basil Heatly, volver a conquistar la medalla de oro y batir de nuevo el record del mundo con un tiempo de 2 h. 12¨11".
Bikila es el primer atleta en alcanzar la gloria olímpica dos veces consecutivas en la prueba de maratón.
Con 36 años se prepara para competir en sus terceros Juegos, México '68. 
Unos días antes de la cita sufre la fractura de un hueso en uno de sus pies y pese a las molestias decide correr por su país. Sin embargo, debido a los dolores y al mal de altura que le provoca la capital azteca, se ve forzado a abandonar en el kilómetro 17 y subirse a una ambulancia. 
Es la última vez que se le ve correr.
Un año después, mientras conduce su coche, pierde el control del vehículo al intentar esquivar a un grupo de estudiantes que se manifiestan. Como consecuencia del grave accidente es enviado a Inglaterra por el emperador para que le traten en los mejores hospitales, aunque los esfuerzos resultan inútiles. 
Abebe Bikila queda parapléjico para siempre.
Desde su silla de ruedas no renuncia a su amor por el deporte y su espíritu competitivo nunca disminuye.
Comienza a participar en campeonatos de tiro con arco para discapacitados en los que obtiene grandes resultados llegando a competir en los Juegos para parapléjicos de Noruega en 1971, ganándose el respeto de todo el mundo.
En 1972 es el invitado especial de los JJ.OO. de Munich, recibiendo un homenaje en el estadio olímpico y se le organiza una fiesta de gala en la Villa Olímpica con los atletas y miembros de la organización para celebrar su cuadragésimo cumpleaños.
En octubre de 1973 fallece a los 41 años a causa de un derrame cerebral derivado del accidente sufrido.
Es despedido como héroe nacional en un funeral de estado al que acuden, además de una inmensa multitud de personas, el emperador, embajadores y miembros de las casas reales de diferentes países del mundo.