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domingo, 26 de febrero de 2012

* Minuto siete


Hay quien afirma que su espíritu sigue habitando en este estadio. Que continúa animando a su equipo con el corazón.
 En cada gol, en cada victoria, en cada título, en cada celebración se mezcla con los jugadores que lo festejan.
Comunión absoluta con unos colores, con un escudo, con una afición.
"Madridista hasta la médula".
Cuando peor le van las cosas a su equipo salta al campo, porque jamás da un partido por perdido.
"90 minuti in el Bernabeu son molto longo".
Autor del famoso decálogo en el que arengaba a sus compañeros en el convencimiento de que todo era posible, en la fe ciega en la victoria, intimidando al rival, buscando ese vínculo con la grada para convertir un partido en una gesta inolvidable, en una remontada histórica, en una noche mágica.
Por eso, tiene que retorcerse de dolor, de impotencia y de amargura cuando ve a su equipo saltar al césped de este estadio con ocho jugadores de corte defensivo para enfrentarse al F.C.Barcelona. Cediendo todo el terreno, toda la iniciativa, toda la posesión de balón, todo el juego. Para atrincherarse cerca de su portería como un equipo menor.
En el vestuario apenas queda gente de la casa, gente que conozca y sepa transmitir la esencia de ese espíritu para contagiarlo a los demás. La plantilla está conformada por demasiados jugadores foráneos, interinos, ignorantes de la causa. En muchos casos anteponen sus egos y su prestigio personal a la filosofía sustancial del conjunto, tanto desde el terreno de juego como desde el banquillo.
La afición no se deja embaucar por lucimientos individuales ni peroratas actuales. Tiene memoria.
Están a punto de cumplirse 20 años de su triste desaparición.
Un accidente de tráfico acabó con su vida cuando volvía de ver a su equipo del alma.
El Bernabéu le sigue invocando, sigue inquebrantable su recuerdo.
Juan Gómez, "Juanito", siempre está presente.
En cada partido. En cada minuto siete.