Están a punto de cumplirse 30 años de una de las mayores proezas realizadas por el hombre en el mundo del deporte.
En 1991 se celebran en Tokio (Japón) los III Campeontos del Mundo de Atletismo en los que se va a superar un registro que se creía insalvable, el legendario record del mundo de salto de longitud de Bob Beamon, obtenido en la altitud de Ciudad de México el 18 de octubre de 1968 en los JJ.OO. organizados por la ciudad azteca, con una marca de 8,90 m.
Veintitrés años después de aquella gesta se va a disputar en la capital nipona el mejor concurso de salto de longitud de todos los tiempos.
El 30 de agosto de 1991 tiene lugar la final en la que se enfrentan Carl Lewis y Mike Powell.